Vengo dándome cuenta desde hace un tiempo que ante la velocidad, agresividad y competitividad de la sociedad que me rodea, cogí un carro equivocado, el de los ansiolíticos. Así que un día aciago de esta primavera se me ocurrió relajar mi mente y trasladarla al rincón de una terraza en un chalet construido en un antiguo volcán a 100 metros de una preciosa bahía del mediterráneo. La relajación fue tal, que me vi pacificada conmigo y con el mundo.
Este verano tuve la oportunidad de pasar unos dí… Leer más
Me pide mi buena amiga Marisa que describa mi experiencia en Casa Iriarte. Es todo un reto que acepto gustosamente aunque inmediatamente me doy cuenta de que me enfrento a un problema no menor. Como maestro en el uso de las palabras y el lenguaje, me temo que pueda quedarme corto. Así que, en busca de apoyo y consuelo, recurro al Diccionario de la Real Academia Española. En concreto a la quinta acepción de la palabra «Virtud» en la que se afirma literalmente: «Integridad de ánimo y bondad… Leer más
Me encantó comprobar que muchas personas (mujeres en este caso) aman su trabajo como yo y tienen proyectos creativos que desean compartir con otras personas. Me llenó de ilusion, esperanza y entusiasmo.
Beatriz Jimeno. Artajona. Navarra
Conocer a mujeres que luchan por sus sueños, poder ayudarnos mutuamente, tener a Yolanda y sus vivencias en la Polinesia… fue un lujazo. Tenerte a ti, con tu ilusion y experiencia…. En fin, me encanta lo que haces y cómo lo haces. Ojala salga algo de aquí, ¡cuenta conmigo para lo que haga falta!
Itziar Urtasun. Artajona. Navarra
Casa Iriarte se convirtió durante unos días en una encrucijada de caminos. Un fin de semana de conversaciones, experiencias compartidas y una total disponibilidad de todas las participantes para ayudarse en el proyecto individual de cada una de ellas y pensando en la posibilidad de crear alguno en común. Desconectadas del día a día y con las mentes sosegadas, fluyeron ideas, propuestas y críticas. Su fortaleza se puso patente, entre otras cosas, en la absoluta entrega hacia las demás y en… Leer más
Casa Iriarte o la casa del “Poder”
Para vivir, para saber que se siente o para conocer Casa Iriarte, solo existe una única forma y es pasar unos días en ella, con la compañía y hospitalidad de Marisa, Javier y su encantadora perrita Teka; cualquier otra forma de intentar conocer este oasis, se queda muy pero que muy lejos de la bella realidad. Mis palabras solo os pueden ayudar a dar un poco de luz, un esbozo de lo que vais a encontrar a vivir y sentir en ella; pero nada más.
Cuando cruzas las… Leer más
Quiero manifestar mi agradecimiento a Casa Iriarte, por permitirme compartir en ese espacio mi proyecto de novela collage.
Los anfitriones, Marisa y Javier, conducen al visitante desde diversos caminos intelectuales a una dinámica de vida, siempre despierta, rica en emociones y posibilidades.
Complementa una propuesta gastronómica que supera las expectativas de quienes buscan variedad, placer y salud. Una casa llena de misterios y encantos, con personas dispuestas al crecimiento y al afecto.
… Leer más
Me sentí ya no sólo cómoda, sino especial por haber sido «elegida» para participar en un encuentro de luchadoras, creadoras, artistas, soñadoras, locas y por encima de todo, ¡mujeres! Y como parte de lo que dijo William Golding: «Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des.»
Con esa sensación salí, con la de haber abierto y recibido corazones y tener la sensación de haber empezado algo grande e interesante.
Isabel Arrula. Artajona
Vengo de una tierra en donde se encuentra el océano Pacífico, que de Pacífico no tiene nada, es el océano más violento del mundo, y eso me gusta, ya que me recargo de energías al mirarlo y al nadar junto a sus olas…. Mi país es un país ‘joven’, aunque estas tierras han sido pobladas desde hace miles de años… Sentir la energía de algo longevo sólo he podido vivirla al abrazar a un Nothofagus dombeyi o en las Araucarias araucanas, ambos árboles de más de 500 años de vida… Mis días en Casa Iriarte… Leer más
El umbral de una casona es el paso ideal para iniciar un viaje en el tiempo, no es un secreto. Pero a su vez bajo el dintel se te otorga, si lo sabes percibir, el poder de detenerlo.
El portón de Casa Iriarte te traslada a una época en la que los olivos eran amos y señores y los hombres obtenían el oro de su preciado fruto. Un tiempo en el que las gruesas paredes y los abovedados techos guardaban la vida del paso de los días, donde los libros comenzaban a envejecer para hacerse más valio… Leer más
© 2024 CASA IRIARTE
Tema de Anders Norén — Subir ↑