Me pide mi buena amiga Marisa que describa mi experiencia en Casa Iriarte. Es todo un reto que acepto gustosamente aunque inmediatamente me doy cuenta de que me enfrento a un problema no menor. Como maestro en el uso de las palabras y el lenguaje, me temo que pueda quedarme corto. Así que, en busca de apoyo y consuelo, recurro al Diccionario de la Real Academia Española. En concreto a la quinta acepción de la palabra «Virtud» en la que se afirma literalmente: «Integridad de ánimo y bondad de vida». ¡Eureka! ¡Lo he encontrado y, efectivamente, no podía describirlo mejor! Porque acudir a Casa Iriarte es volver con «muy buen ánimo» a un sitio al que siempre te apetece acudir. No hay distancia ni pereza que se resista a la ilusión que sientes mientras te encaminas a Artajona sabiendo perfectamente que no solo vas a ser muy bien recibido sino que, seguramente, de ese encuentro saldrás feliz y enriquecido cultural y espiritualmente. Porque, al margen de tratarse de un rincón histórico y lleno de historias, lo mejor es esa «bondad de vida» que menciona la RAE y que disfrutas a raudales cada vez que tienes la oportunidad de pasar un rato con Marisa y Javier en el sitio de recreo particular que tienen a la sombra de las altas almenas del Cerco de Artajona. Así que, en mi interior, cuando me plantean qué es para mi Casa Iriarte solo puedo responder con un deseo sincero de volver en cuanto me sea posible. Volver a la paz. Volver a la tranquilidad. Volver al sosiego. Volver a reencontrarse con uno mismo. Volver a sentirse como en tu propio salón de estar. Eso es para mi Casa Iriarte en Artajona.
Jesús Jiménez Juango. Pamplona
Casa Iriarte. The Moving Others Conversations
Quiero manifestar mi agradecimiento a Casa Iriarte, por permitirme compartir en ese espacio mi proyecto de novela collage.
Los anfitriones, Marisa y Javier, conducen al visitante desde diversos caminos intelectuales a una dinámica de vida, siempre despierta, rica en emociones y posibilidades.
Complementa una propuesta gastronómica que supera las expectativas de quienes buscan variedad, placer y salud.
Una casa llena de misterios y encantos, con personas dispuestas al crecimiento y al afecto.Miriam Guadalupe Armentano. Mendoza. Argentina
Casa Iriarte Workshops. Taller Novela-Collage
Casa Iriarte se convirtió durante unos días en una encrucijada de caminos. Un fin de semana de conversaciones, experiencias compartidas y una total disponibilidad de todas las participantes para ayudarse en el proyecto individual de cada una de ellas y pensando en la posibilidad de crear alguno en común. Desconectadas del día a día y con las mentes sosegadas, fluyeron ideas, propuestas y críticas. Su fortaleza se puso patente, entre otras cosas, en la absoluta entrega hacia las demás y en mostrar sin tapujos la vulnerabilidad inherente a cada ser humano.
Merece especial mención el encuentro en el que participaron unas cuantas mujeres de Artajona. Mujeres vivas, apasionadas por su trabajo y su proyecto, dispuestas a colaborar con su experiencia y creatividad en la eventualidad de la creación de sinergias, dando una clara muestra de que el espíritu emprendedor lo lleva uno dentro, y no conoce de territorios ni ideologías.
“Nadie diría, paseando por las calles semivacías del pueblo, todo lo que se está cociendo en el interior de sus casas”, expresó una de las emprendedoras catalanas.
Como “infiltrado” en una reunión femenina, quiero expresar mi admiración por estas mujeres fuertes, que saben superar las dificultades cotidianas y poner al servicio de los demás su experiencia y buen hacer.
Sembrada la semilla, el reto más importante es el de poner hilo a la aguja y empezar a dar puntadas. Creo que todos hemos salido enriquecidos y animados. ¡Seguimos!
Javier Salvat. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Casa Iriarte o la casa del “Poder”
Para vivir, para saber que se siente o para conocer Casa Iriarte, solo existe una única forma y es pasar unos días en ella, con la compañía y hospitalidad de Marisa, Javier y su encantadora perrita Teka; cualquier otra forma de intentar conocer este oasis, se queda muy pero que muy lejos de la bella realidad. Mis palabras solo os pueden ayudar a dar un poco de luz, un esbozo de lo que vais a encontrar a vivir y sentir en ella; pero nada más.
Cuando cruzas las paredes milenarias de Casa Iriarte al pie del Cerco del pueblo navarro de Artajona, dejas fuera tus pesadas maletas, maletas llenas de tu día a día, llenas de pensamientos, etiquetas, responsabilidades, “deberías” y capas y capas de ti mismo. Todo queda fuera.
El silencio, la calma y el amor se van impregnando en tu piel. Una energía nueva y renovada se cuela en ti, por todos los poros, llega a lo más hondo de tus entrañas y sin más el “Poder”, el super “Poder” de imaginar, de soñar, de sentir, de ver con los ojos cerrados, de amar sin más y de palpar amor por ser y existir, aparece como por arte de magia; ¡puf! la magia buena de los cuentos fantásticos, de los cuentos que todos soñamos que se hagan realidad, y te sientes una heroína, una mujer invencible, una mujer poderosa, imparable, grande, bella y capaz de conseguirlo todo, ¡de hacer realidad tu sueño!
El tiempo y el espacio pierden el sentido. Casa Iriarte te abraza, te acuna, te arrulla y te canta al oído dulces y antiguas melodías de hadas y unicornios, y es un leve susurro, mientras flotas, el que te recuerda que tu historia, tu cuento, tu camino y tu vida siguen, te esperan detrás de las gruesas paredes de piedra de Casa Iriarte.
Y te marchas feliz, sabiendo que vas a volver, porque Artajona te ha cambiado, Casa Iriarte te ha transformado, te ha cautivado, ya forma parte de ti, de tu esencia y de tu ser. Y al querer recoger tus maletas, las que dejaste al entrar, aquellas que pesaban tanto, descubres que solo hay un pequeño zurrón, una diminuta bolsa donde guardar tu amor por ellos, por Marisa y Javier, por la gente a la que amas, por ti, por lo que eres y por el Universo. Te marchas ligera y ágil, renovada. ¡Te marchas con las manos vacías y el corazón muy pero que muy lleno!
¡Mil gracias por vuestro amor y hasta muy pronto!
Marta Fábregas. Sant Cugat. Barcelona
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Vaig sortir de casa amb una maleta i un llibre.
Vaig agafar un tren cap a Navarra. Una trobada de 5 dones emprenedores. Amb el cap ple d idees i amb ganes d apendre i empendre.
No ens coneixiem, no duiem prejudícis.
Em vaig trobar un espai únic, màgic amb història i envoltada de natura.
Casa Iriarte, amb uns amfitrions de luxe, el Javier i la Marisa.
Vem conviure tres dies i tres nits. Aprenent, compartint, xuclant, amb actitud positiva, embastant projectes i amb les emocions a flor de pell.
Vaig marxar per trobar-me amb dones desconegudes i he tornat amb una «cuadrilla» amb la que seguir fent camí.
He despertat renovada i desitjo que sigui un camí molt i molt llarg.Olga García Vilardell. Sant Cugat.
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Me sentí muy a gusto. Fue un placer. Deberíamos juntarnos más a menudo en un ambiente relajado, distendido… para hablar. Siempre corriendo. Haces un parón, te relajas, hablas; viene muy bien. Se me pasó la mañana en un pis pas. Escuchar a gente que no conoces pero con la que compartes, no ideas, gustos, ni opiniones (o sí, quién sabe) sino inquietudes, ganas de hacer cosas… ¿Qué aprendí? Que cuando vas con ganas de hablar, escuchar, compartir, puedes hacerlo. Aunque quizás ayude el femenino.
Maite Jurío. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Un fin de semana fantástico, un fin de semana de mujeres fuertes, creativas, de mujeres con empuje y con ideas. Un fin de semana de mujeres de aquí y de allá, un fin de semana de mujeres, ¡nada más y nada menos! Mil gracias a Marisa Iturbide y a Javier Salvat por hacernos tan agradable la estancia en Casa Iriarte, un hogar rodeado de calles empedradas y coronado por murallas llenas de historia, un hogar en la falda de verdes de campos de trigo y ligeros caminos que nos llevaron al disfrute, a la emoción y al reconocimiento propio y ajeno.
Ana Ollé. Sant Cugat. Barcelona
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Me encantó comprobar que muchas personas (mujeres en este caso) aman su trabajo como yo y tienen proyectos creativos que desean compartir con otras personas. Me llenó de ilusion, esperanza y entusiasmo.
Beatriz Jimeno. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Me sentí ya no sólo cómoda, sino especial por haber sido «elegida» para participar en un encuentro de luchadoras, creadoras, artistas, soñadoras, locas y por encima de todo, ¡mujeres! Y como parte de lo que dijo William Golding: «Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des.»
Con esa sensación salí, con la de haber abierto y recibido corazones y tener la sensación de haber empezado algo grande e interesante.
Isabel Arrula. Artajona
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Este encuentro me aportó energía y me resultó enriquecedor. Conocer grandes mujeres siempre te enseña cosas. En este caso, a creer que los sueños se pueden hacer realidad y que el trabajo te puede hacer crecer y llegar a donde tú quieras ir. Las sinergias entre mujeres son capaces de mover el mundo. Para mí fue una oportunidad de salir de mi visión social/voluntaria para conocer otros caminos. También me supuso un «respiro» necesario para salir de mis rutinas y conocer otras realidades.
Elena Vélez. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Me sentí comodísima desde el minuto uno. Aportación: lo que ya sabemos todas, pero que de vez en cuando conviene recordarnos a nosotras mismas: que si queremos, podemos y que no somos únicamente motores de nuestros hogares (que también); si nos lo proponemos, somos máquinas que mueven muchos engranajes.
Coro González. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Estuvimos en un ambiente muy relajado; eso es por vuestra culpa. Once mujeres llenas de ideas, pero todas con los pies en el suelo – no entiendo como no gobernamos el mundo. Y que hay que perseguir los sueños. Lo que no me gustó fue que a esas horas no se terminase con una buena comida.
Mariví Jimeno. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Conocer a mujeres que luchan por sus sueños, poder ayudarnos mutuamente, tener a Yolanda y sus vivencias en la Polinesia… fue un lujazo. Tenerte a ti, con tu ilusion y experiencia…. En fin, me encanta lo que haces y cómo lo haces. Ojala salga algo de aquí, ¡cuenta conmigo para lo que haga falta!
Itziar Urtasun. Artajona. Navarra
Casa Iriarte Workshops. Mujeres con Ideas
Vengo dándome cuenta desde hace un tiempo que ante la velocidad, agresividad y competitividad de la sociedad que me rodea, cogí un carro equivocado, el de los ansiolíticos. Así que un día aciago de esta primavera se me ocurrió relajar mi mente y trasladarla al rincón de una terraza en un chalet construido en un antiguo volcán a 100 metros de una preciosa bahía del mediterráneo. La relajación fue tal, que me vi pacificada conmigo y con el mundo.
Este verano tuve la oportunidad de pasar unos días en un pueblo en Navarra, Artajona. Es paradójico que siendo navarra no lo hubiera conocido antes, con su historia apasionante, su Cerco amurallado vestigio de luchas medievales, los Dólmenes testigos de la vida en periodos históricos antiquísimos, amén de todo un conjunto histórico artístico impresionante. Allí topé con otro carro que se me cruzó en el camino, el de la casa de un matrimonio de amigos inquietos, cultos y creativos con los que viví una experiencia de alegría y tertulias en la paz de su jardín, tan natural que sin romper el “desorden” de sus límites siembra paz en el entorno interno, en la belleza del silencio y en el calor de compartir el fuego de su chimenea, su hogar.
Pero nada comparado con el umbral enorme de su casa presidido por el antiguo trujal de la casa y una estancia que antes fue bodega y hoy una interesante biblioteca, con las comidas que Marisa guisaba con los productos de la tierra y con el recogimiento de mi habitación, preciosa, donde me despertaba cada día con el sonar de las campanas y el bando del alcalde para todo el pueblo echado a través de megafonía, ¡el mundo avanza! Marisa y Javier fueron mis anfitriones. A ese carro me he subido y duermo sin pastillas cada noche. El carro se llama Casa Iriarte
Uxue Mayans. Pamplona. Navarra
Casa Iriarte Encuentros. Caminos de Cambio
El umbral de una casona es el paso ideal para iniciar un viaje en el tiempo, no es un secreto. Pero a su vez bajo el dintel se te otorga, si lo sabes percibir, el poder de detenerlo.
El portón de Casa Iriarte te traslada a una época en la que los olivos eran amos y señores y los hombres obtenían el oro de su preciado fruto. Un tiempo en el que las gruesas paredes y los abovedados techos guardaban la vida del paso de los días, donde los libros comenzaban a envejecer para hacerse más valiosos y donde el sonido de las campanas de la iglesia llegaba amortiguado, cuando las horas eran más lentas.
Casa Iriarte es hoy ese lugar donde los olivos reclaman de forma palpable un lugar en su bosque, donde las paredes y techos rezuman historias de días pasados y donde los libros antiguos esparcen su aroma. Las campanas se siguen escuchando igual y puedes relentizar las horas que marcan, como antaño. Basta con intentarlo.
Los encuentros más agradables surgen también de sus estancias: pudimos disfrutar de la compañía y conversación de una verdadera dama y del cariñoso saludo del inseparable compañero de Marisa y Javier. Gracias a los cuatro por la acogida. Gracias, Casa Iriarte.
Amaia Valdemoros y Josep R. Casals. Barcelona
Casa Iriarte Encuentros. Caminos de Cambio
Volvíamos de unas pequeñas vacaciones en Cantabria y aprovechamos para hacer un alto en Artajona. Marisa y Javier nos habían hablado mucho de su Casa Iriarte y ésta era la ocasión de visitarles. ¡Qué sensación! Al cruzar la vieja puerta, te invade una agradable calma. Aquel día, el tiempo se paró en Artajona: el paseo por el recinto amurallado, la reconfortante cena en la cocina, el suave aroma de la infusión en el diálogo tranquilo del anochecer y el plácido descanso en la habitación centenaria, la sensación de paz al despertar, el estimulante desayuno, el paseo por el tranquilo jardín de la casa y la entrañable compañía de Marisa y Javier. ¡Qué buen regreso al trabajo!
Valentí Feixas. Sant Cugat. Barcelona
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre aprendizaje y educación
Tantos recuerdos … ¡amistad + lugar encantador = creatividad! Me encanta la idea que esta casa sea el lugar que de a luz a los mas innovadores proyectos. Bravo Marisa y Javier et bonne chance dans cette merveilleuse aventure!
Anne Saci. Annecy. France
Casa Iriarte Workshops. Reflexiones sobre el Management de la Comunicación.
¿Cómo definir Casa Iriarte? Me imagino en la cuna del amor como cuando era niño; veo la historia atravesando los muros con la sabiduría de los abuelos, siento también, el origen del amor que se respira. Ese amor que Marisa a manos llenas y desinteresadamente riega por el jardín de sus sueños. Ese amor que arde en el frío y acoge en la soledad; ese amor que solo proviene de quien ha vivido dentro de los muros de una casa que no se derrumba.
¿Cómo definir cuando estás en casa? Me imagino en la mesa con un plato de verdades espolvoreadas de poemas, que de empacho, ¡me convertirían en colibrí! Abriendo las ventanas al ruido de los árboles suspirando los secretos que durante siglos han querido escapar inmiscuidos entre el viento, el olor a olivos y lentos atardeceres. Así veo mis días en Casa Iriarte, con la vida lejos del bullicio y las cicatrices de la ciudad. Entre amigos que se vuelven parientes porque las arenas del tiempo se nos van entre los dedos, pero no esos ratos de risa.
Así, así y así veo mis días en Casa Iriarte, tal vez un poco como decía Sabina: Se aconseja vivir a pierna suelta… y jugar por jugar sin tener que morir o matar, y vivir al revés que bailar es soñar con los pies…
Enrique Von Quin. Los Angeles
Casa Iriarte Workshops. Historia, literatura, imagen, guión y acción
Tuve la fortuna de llegar a Casa Iriarte después de un lindo viaje en tren y auto desde Barcelona hasta Artajona en el verano del 2105. Fue un lugar al que llegué sin ninguna expectativa y del cual no quise averiguar nada antes de llegar para poder sorprenderme. Sin embargo, mi intuición me decía que llegaría a un lugar mágico y así fue. Desde que ves la puerta de entrada y la cruzas, ingresas a otra época, otra energía, a un lugar con mucha historia e inspiración para canalizar ideas y emociones. La biblioteca, la cocina, la vista y el patio trasero, son los escenarios perfectos para dejarse llevar por lo que estés buscando. Los anfitriones son los acompañantes que detonan la magia del lugar en cada uno de los momentos que compartes con ellos. Si tengo la oportunidad de volver no me lo pienso dos veces. ¡Imperdible!
Ana María Quiceno. Santiago de Chile
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre Arte y Proyectos Culturales.
Casa Iriarte, Casa Iriarte… ¡cuánto oigo hablar de ti! Hace poco tiempo, me olí que Marisa estaba barruntando algo invitando a varios amigos a participar en una aventura literaria y, debido a mi mal carácter, me puse celosilla. ¡Marisa no había contado conmigo! Así que ni corta ni perezosa, y debido sin duda a mi buen carácter, me colé en el grupo como pude… ¡Yo! Una osadía, ya que, como mucho, he escrito algunos artículos en revistas científicas muy específicas, plomizos para los no interesados y como tales, muy lejos de ningún tipo de misterio y adornos literarios. Así que, aquí me veo investigando hechos sucedidos, lenguaje, usos y costumbres del siglo X en la Artajona medieval, pero eso sí, acompañada por personas de varios países y diferentes ocupaciones. ¡Ideas de Marisa! No sé que saldrá de todo esto, pero estoy disfrutando una barbaridad, curioseando por aquí y por allá, aprendiendo muchísimo y sin darme cuenta. Por lo pronto he profundizado sobre la historia de Artajona, merece la pena, y Marisa y Javier nos han abierto las puertas de Casa Iriarte, un espacio ideal para relajarse, trabajar, intercambiar conocimientos, charlar sin mas…¡Soñar! Así que estoy deseando estar en Casa Iriarte e impregnarme de historia hasta la médula y como no, gozar de la paz, de la belleza y de la hospitalidad prometida.
Cativa Montenegro. Madrid
Casa Iriarte Workshops. Historia, literatura, imagen, guión y acción
Vengo de una tierra en donde se encuentra el océano Pacífico, que de Pacífico no tiene nada, es el océano más violento del mundo, y eso me gusta, ya que me recargo de energías al mirarlo y al nadar junto a sus olas…. Mi país es un país ‘joven’, aunque estas tierras han sido pobladas desde hace miles de años… Sentir la energía de algo longevo sólo he podido vivirla al abrazar a un Nothofagus dombeyi o en las Araucarias araucanas, ambos árboles de más de 500 años de vida… Mis días en Casa Iriarte fueron una mezcla de sensaciones, todas mágicas y sobre todo Pacíficas (en el sentido Pacífico de la palabra), relajo, cultura, aire puro y sobre todo, energía de más de 200 años… Sin duda, abrazar un muro en Casa Iriarte, es como abrazar un árbol de 200 años… en ambos casos me nutro de sabiduría y de gratos alimentos…
Max Delporte. Santiago de Chile
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre Sostenibilidad, Plantas y Tecnología
My stay at Casa Iriarte, was a memorable one. Views of rolling hills from an authentic 15th century home are still in my mind as if it was yesterday. Nestled within the medieval walls of Artajona, I found myself surrounded by an unparalleled peace. Each window of the house was it’s own work of art by the view in which it created. Whether strolling along the stone streets that have been strolled on for centuries, or sitting with the locals enjoying an afternoon coffee, it was an experience like no other. Lounging about in the garden in a hammock perfectly placed between 2 olive trees, dozing off hours on end or entering the kitchen for a piece of fresh bread, kept under an antique wire bread protector (which I’m still searching for one of my own). A glass of Rioja in the evenings accompanied by a home cooked meal, I discovered a new luxury – back to basics with the utmost authenticity. I did find time to discover Pamplona for the day, a short 20 minutes away and I made time for a few additional pueblos here and there. I’m looking forward to my next stay at Casa Iriarte, to see what had changed and to be honest, I hope not a lot.
Christopher Twele. New York
Casa Iriarte. Reflexiones y contrastes del escenario editorial.
J’ai été invité par Marisa et Javier, à passer plusieurs jours dans leur maison à Artajona et ce fut une merveilleuse expérience. Chaque pierre de cette très ancienne maison pourrait nous raconter une histoire et l’endroit est empreint de calme et de sérénité. C’est un endroit idéal pour venir faire une parenthèse, relaxer, méditer, travailler, discuter et échanger. Tout semble possible et rien n’est obligatoire, libre à chacun de participer à la vie de la maison autour d’un bon repas (Marisa est un vrai chef!), d’une balade, ou de discussions autour d’une bonne bouteille de vin. Cet endroit est magique.
Emmanuel Gallimidi. Paris
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre creación de conceptos nuevos a través de la gastronomía.
Lo que sorprende de Casa Iriarte son sus propietarios, Marisa y Javier, que por su simpatía y amabilidad se transforma la relación en amistad. Ellos te hacen sentir la sensación como que estuvieras en tu casa – por cierto maravillosa, confortable y con un amplio y precioso jardín. En el pueblo y sus alrededores se respira paz, tranquilidad y, sobre todo, mucha historia de diferentes épocas, que acaba impregnando el cuerpo y el espíritu. Muy recomendable por la elegancia y magnifica construcción y sobre todo por sus anfitriones.
Juanjo Fernández. Barcelona
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre Arte y Proyectos Culturales.
Tuve la suerte de visitar este lugar, tiene Magia. ¡Es un viaje en el tiempo!
Noury Saci. Annecy. France
Casa Iriarte Workshops. Reflexiones sobre el Management de la Comunicación.
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