Tuve la fortuna de llegar a Casa Iriarte después de un lindo viaje en tren y auto desde Barcelona hasta Artajona en el verano del 2105. Fue un lugar al que llegué sin ninguna expectativa y del cual no quise averiguar nada antes de llegar para poder sorprenderme. Sin embargo, mi intuición me decía que llegaría a un lugar mágico y así fue. Desde que ves la puerta de entrada y la cruzas, ingresas a otra época, otra energía, a un lugar con mucha historia e inspiración para canalizar ideas … Leer más
El umbral de una casona es el paso ideal para iniciar un viaje en el tiempo, no es un secreto. Pero a su vez bajo el dintel se te otorga, si lo sabes percibir, el poder de detenerlo.
El portón de Casa Iriarte te traslada a una época en la que los olivos eran amos y señores y los hombres obtenían el oro de su preciado fruto. Un tiempo en el que las gruesas paredes y los abovedados techos guardaban la vida del paso de los días, donde los libros comenzaban a envejecer para hacerse más valio… Leer más
Conocer a mujeres que luchan por sus sueños, poder ayudarnos mutuamente, tener a Yolanda y sus vivencias en la Polinesia… fue un lujazo. Tenerte a ti, con tu ilusion y experiencia…. En fin, me encanta lo que haces y cómo lo haces. Ojala salga algo de aquí, ¡cuenta conmigo para lo que haga falta!
Itziar Urtasun. Artajona. Navarra
Volvíamos de unas pequeñas vacaciones en Cantabria y aprovechamos para hacer un alto en Artajona. Marisa y Javier nos habían hablado mucho de su Casa Iriarte y ésta era la ocasión de visitarles. ¡Qué sensación! Al cruzar la vieja puerta, te invade una agradable calma. Aquel día, el tiempo se paró en Artajona: el paseo por el recinto amurallado, la reconfortante cena en la cocina, el suave aroma de la infusión en el diálogo tranquilo del anochecer y el plácido descanso en la habitaci… Leer más
Casa Iriarte, Casa Iriarte… ¡cuánto oigo hablar de ti! Hace poco tiempo, me olí que Marisa estaba barruntando algo invitando a varios amigos a participar en una aventura literaria y, debido a mi mal carácter, me puse celosilla. ¡Marisa no había contado conmigo! Así que ni corta ni perezosa, y debido sin duda a mi buen carácter, me colé en el grupo como pude… ¡Yo! Una osadía, ya que, como mucho, he escrito algunos artículos en revistas científicas muy específicas, plomizos para los no int… Leer más
Vaig sortir de casa amb una maleta i un llibre. Vaig agafar un tren cap a Navarra. Una trobada de 5 dones emprenedores. Amb el cap ple d idees i amb ganes d apendre i empendre. No ens coneixiem, no duiem prejudícis. Em vaig trobar un espai únic, màgic amb història i envoltada de natura. Casa Iriarte, amb uns amfitrions de luxe, el Javier i la Marisa. Vem conviure tres dies i tres nits. Aprenent, compartint, xuclant, amb actitud positiva, embastant projectes i amb les emocions a flor de pel… Leer más
Estuvimos en un ambiente muy relajado; eso es por vuestra culpa. Once mujeres llenas de ideas, pero todas con los pies en el suelo – no entiendo como no gobernamos el mundo. Y que hay que perseguir los sueños. Lo que no me gustó fue que a esas horas no se terminase con una buena comida.
Mariví Jimeno. Artajona. Navarra
¿Cómo definir Casa Iriarte? Me imagino en la cuna del amor como cuando era niño; veo la historia atravesando los muros con la sabiduría de los abuelos, siento también, el origen del amor que se respira. Ese amor que Marisa a manos llenas y desinteresadamente riega por el jardín de sus sueños. Ese amor que arde en el frío y acoge en la soledad; ese amor que solo proviene de quien ha vivido dentro de los muros de una casa que no se derrumba.
¿Cómo definir cuando estás en casa? Me imagino en la… Leer más
Un fin de semana fantástico, un fin de semana de mujeres fuertes, creativas, de mujeres con empuje y con ideas. Un fin de semana de mujeres de aquí y de allá, un fin de semana de mujeres, ¡nada más y nada menos! Mil gracias a Marisa Iturbide y a Javier Salvat por hacernos tan agradable la estancia en Casa Iriarte, un hogar rodeado de calles empedradas y coronado por murallas llenas de historia, un hogar en la falda de verdes de campos de trigo y ligeros caminos que nos llevaron al disfrute,… Leer más
Me sentí ya no sólo cómoda, sino especial por haber sido «elegida» para participar en un encuentro de luchadoras, creadoras, artistas, soñadoras, locas y por encima de todo, ¡mujeres! Y como parte de lo que dijo William Golding: «Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des.»
Con esa sensación salí, con la de haber abierto y recibido corazones y tener la sensación de haber empezado algo grande e interesante.
Isabel Arrula. Artajona
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