Vengo de una tierra en donde se encuentra el océano Pacífico, que de Pacífico no tiene nada, es el océano más violento del mundo, y eso me gusta, ya que me recargo de energías al mirarlo y al nadar junto a sus olas…. Mi país es un país ‘joven’, aunque estas tierras han sido pobladas desde hace miles de años… Sentir la energía de algo longevo sólo he podido vivirla al abrazar a un Nothofagus dombeyi o en las Araucarias araucanas, ambos árboles de más de 500 años de vida… Mis días en Casa Iriarte fueron una mezcla de sensaciones, todas mágicas y sobre todo Pacíficas (en el sentido Pacífico de la palabra), relajo, cultura, aire puro y sobre todo, energía de más de 200 años… Sin duda, abrazar un muro en Casa Iriarte, es como abrazar un árbol de 200 años… en ambos casos me nutro de sabiduría y de gratos alimentos…
Max Delporte. Santiago de Chile
Casa Iriarte Encuentros. Reflexiones sobre Sostenibilidad, Plantas y Tecnología