En 2017 Casa Iriarte recibió por primera vez a un grupo de mujeres que sin conocer la casa y apenas a sus moradores, decidieron reunirse para hablar de sus ideas, proyectos, certezas e incertidumbres. A lo largo de casi cuatro días, sin horarios ni programas y dando espacio a la espontaneidad, las conversaciones fluyeron, intercambiamos visiones, desvelamos dudas, planteamos soluciones, reflexionamos, meditamos y disfrutamos de largas sobremesas; el tiempo se suspendió y con él la aceleración y la urgencia. Ese encuentro fue el primero de muchos a los que se han ido incorporando otras mujeres, otras ideas y otras voces.
¿Por qué reunir a un grupo de mujeres en una casa de pueblo sin un objetivo explícito y sin un programa concreto de actividades?
“A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas”.
marcel proust
La multiplicidad de espacios y oportunidades para sembrar y cultivar ideas, diseñar proyectos, aprender rápido e implementar deprisa; la velocidad, la aceleración, la urgencia de saberlo todo y ejecutarlo ya supone una presión y una exigencia de la que en ocasiones, y sin ser conscientes, escapamos suspendiendo la confianza en nosotras mismas y abandonando proyectos o provocando inconscientemente el fracaso. Se hace entonces necesario detener el tiempo para silenciar el ruido que nos aturde y paraliza, reaprender a escucharse y prestar atención plena a otros pensamientos y voces.
Mujeres con Ideas nació para ese fin: preparar y ofrecer un espacio sin tiempo y sin prisas en el que para reconocerse no sea necesario un escenario condicionado, un plan de actividades preestablecido, un molde prefabricado en el que las participantes, sus ideas, proyectos e inquietudes tengan que encajar. Era necesario hacer lo contrario, proporcionar un entorno y unas condiciones que lleven a la desaceleración para que cada persona encuentre el silencio y la calma necesarias que le permitan escucharse sin interferencias ni distracciones y trazar su propia hoja de ruta en una nueva página en blanco.
Los fines de semana de Mujeres con Ideas se han ido celebrando a lo largo de los últimos tres años; en ellos siguen participando algunas de las personas que nos acompañaron en el grupo inicial y al que se han ido incorporando otras nuevas. Tres años después de la primera experiencia, estamos mejor preparados para entender las razones que impulsan a participar en estos fines de semana de desconexión conectada. Pero en este momento toca detenerse y esperar.
En primavera, y hasta finales de septiembre, Casa Iriarte se llena de una luz que se transforma a lo largo del día y de los meses, plantas, flores, abejas y mariposas invaden libremente el jardín; la bodega-biblioteca refleja los tonos ocres de la piedra y el sol entra por la puerta de madera que se abre a una calle empedrada. La cocina, espacio de experimentación sensorial, conversaciones intensas y, en ocasiones, toma de decisiones importantes invita a la relajación y a la creatividad.
La casa hoy reclama las voces, las risas y la presencia de Mujeres con Ideas, y nosotros respondemos que habrá otras primaveras y otros veranos; que os esperamos siempre.
Marisa Iturbide. Mayo 2020.
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