Casa Iriarte o la casa del “Poder”
Para vivir, para saber que se siente o para conocer Casa Iriarte, solo existe una única forma y es pasar unos días en ella, con la compañía y hospitalidad de Marisa, Javier y su encantadora perrita Teka; cualquier otra forma de intentar conocer este oasis, se queda muy pero que muy lejos de la bella realidad. Mis palabras solo os pueden ayudar a dar un poco de luz, un esbozo de lo que vais a encontrar a vivir y sentir en ella; pero nada más.
Cuando cruzas las… Leer más
Vengo de una tierra en donde se encuentra el océano Pacífico, que de Pacífico no tiene nada, es el océano más violento del mundo, y eso me gusta, ya que me recargo de energías al mirarlo y al nadar junto a sus olas…. Mi país es un país ‘joven’, aunque estas tierras han sido pobladas desde hace miles de años… Sentir la energía de algo longevo sólo he podido vivirla al abrazar a un Nothofagus dombeyi o en las Araucarias araucanas, ambos árboles de más de 500 años de vida… Mis días en Casa Iriarte… Leer más
J’ai été invité par Marisa et Javier, à passer plusieurs jours dans leur maison à Artajona et ce fut une merveilleuse expérience. Chaque pierre de cette très ancienne maison pourrait nous raconter une histoire et l’endroit est empreint de calme et de sérénité. C’est un endroit idéal pour venir faire une parenthèse, relaxer, méditer, travailler, discuter et échanger. Tout semble possible et rien n’est obligatoire, libre à chacun de participer à la vie de la maison autour d… Leer más
Me sentí ya no sólo cómoda, sino especial por haber sido «elegida» para participar en un encuentro de luchadoras, creadoras, artistas, soñadoras, locas y por encima de todo, ¡mujeres! Y como parte de lo que dijo William Golding: «Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des.»
Con esa sensación salí, con la de haber abierto y recibido corazones y tener la sensación de haber empezado algo grande e interesante.
Isabel Arrula. Artajona
El umbral de una casona es el paso ideal para iniciar un viaje en el tiempo, no es un secreto. Pero a su vez bajo el dintel se te otorga, si lo sabes percibir, el poder de detenerlo.
El portón de Casa Iriarte te traslada a una época en la que los olivos eran amos y señores y los hombres obtenían el oro de su preciado fruto. Un tiempo en el que las gruesas paredes y los abovedados techos guardaban la vida del paso de los días, donde los libros comenzaban a envejecer para hacerse más valio… Leer más
Lo que sorprende de Casa Iriarte son sus propietarios, Marisa y Javier, que por su simpatía y amabilidad se transforma la relación en amistad. Ellos te hacen sentir la sensación como que estuvieras en tu casa – por cierto maravillosa, confortable y con un amplio y precioso jardín. En el pueblo y sus alrededores se respira paz, tranquilidad y, sobre todo, mucha historia de diferentes épocas, que acaba impregnando el cuerpo y el espíritu. Muy recomendable por la elegancia y magnifica construcc… Leer más
Casa Iriarte, Casa Iriarte… ¡cuánto oigo hablar de ti! Hace poco tiempo, me olí que Marisa estaba barruntando algo invitando a varios amigos a participar en una aventura literaria y, debido a mi mal carácter, me puse celosilla. ¡Marisa no había contado conmigo! Así que ni corta ni perezosa, y debido sin duda a mi buen carácter, me colé en el grupo como pude… ¡Yo! Una osadía, ya que, como mucho, he escrito algunos artículos en revistas científicas muy específicas, plomizos para los no int… Leer más
Quiero manifestar mi agradecimiento a Casa Iriarte, por permitirme compartir en ese espacio mi proyecto de novela collage.
Los anfitriones, Marisa y Javier, conducen al visitante desde diversos caminos intelectuales a una dinámica de vida, siempre despierta, rica en emociones y posibilidades.
Complementa una propuesta gastronómica que supera las expectativas de quienes buscan variedad, placer y salud. Una casa llena de misterios y encantos, con personas dispuestas al crecimiento y al afecto.
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Tuve la fortuna de llegar a Casa Iriarte después de un lindo viaje en tren y auto desde Barcelona hasta Artajona en el verano del 2105. Fue un lugar al que llegué sin ninguna expectativa y del cual no quise averiguar nada antes de llegar para poder sorprenderme. Sin embargo, mi intuición me decía que llegaría a un lugar mágico y así fue. Desde que ves la puerta de entrada y la cruzas, ingresas a otra época, otra energía, a un lugar con mucha historia e inspiración para canalizar ideas … Leer más
Estuvimos en un ambiente muy relajado; eso es por vuestra culpa. Once mujeres llenas de ideas, pero todas con los pies en el suelo – no entiendo como no gobernamos el mundo. Y que hay que perseguir los sueños. Lo que no me gustó fue que a esas horas no se terminase con una buena comida.
Mariví Jimeno. Artajona. Navarra
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